No todas las aguas residuales son iguales. El agua residual industrial presenta un desafío único debido a la gran variedad de contaminantes que puede contener, desde metales pesados y productos químicos complejos hasta aceites y sólidos en suspensión. Entender su tratamiento no es solo una cuestión de cumplimiento, sino de eficiencia y seguridad.
Para desmitificar el proceso, podemos dividirlo en tres etapas fundamentales. Cada una tiene un objetivo específico y utiliza diferentes tecnologías para purificar el agua progresivamente.
Etapa 1: Tratamiento Primario - La primera barrera física
El objetivo del tratamiento primario es simple pero crucial: eliminar los sólidos de gran tamaño. Piense en ello como un gran colador. En esta fase se retiran los elementos físicos que podrían dañar u obstruir los equipos en las siguientes etapas del proceso.
Las tecnologías más comunes aquí son:
- Cribado: Rejillas y tamices que capturan objetos grandes como plásticos, trapos o fragmentos metálicos.
- Sedimentación: El agua se mantiene en grandes tanques para que los sólidos más pesados (como arenas o lodos) se asienten en el fondo por gravedad.
Esta etapa prepara el agua para un tratamiento más profundo, eliminando lo más evidente.
Etapa 2: Tratamiento Secundario - La biología al servicio del agua
Una vez eliminados los sólidos grandes, el desafío es tratar la materia orgánica disuelta y otros contaminantes que no se ven a simple vista. Aquí es donde entra en juego la biología. El tratamiento secundario utiliza microorganismos vivos (bacterias y otros) que se alimentan de la materia orgánica, limpiando el agua de forma natural.
Este proceso biológico es fundamental para reducir la demanda bioquímica de oxígeno (DBO), un indicador clave de la contaminación del agua. Aunque es muy efectivo, para muchas industrias no es suficiente para cumplir con las normativas o para permitir la reutilización del agua.
Etapa 3: Tratamiento Terciario - El nivel experto para la industria
Esta es la fase de afino y especialización, y es esencial en el sector industrial. El tratamiento terciario está diseñado para eliminar contaminantes específicos que las etapas anteriores no pueden tratar, como:
- Metales pesados (cromo, níquel, plomo).
- Compuestos químicos específicos.
- Nitrógeno, fósforo y sales disueltas.
Aquí es donde se aplican tecnologías avanzadas como la ósmosis inversa, el intercambio iónico y, de forma destacada, la evaporación al vacío. En Naelan Agua, nos especializamos en esta última, una tecnología robusta y versátil capaz de concentrar los contaminantes y generar un agua de altísima calidad, ideal para su reutilización directa en el proceso productivo, logrando así el objetivo de Vertido Cero.
Conclusión: Una solución para cada necesidad
Entender estas tres etapas demuestra que no existe una solución única para el tratamiento de aguas industriales. Cada sector y cada proceso requiere un análisis detallado para diseñar la combinación de tecnologías más eficiente y rentable.
En Naelan Agua, somos especialistas en diseñar soluciones a medida, con un enfoque particular en los tratamientos terciarios avanzados que permiten a nuestros clientes no solo cumplir con la ley, sino también ahorrar costes y proteger el medio ambiente.
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